Cuando empezó todo en China, parecía tan lejano. Se leían las noticias y se pensaba que el Covid-19, o el Corona virus, jamás llegaría a nosotros. A veces las cosas tan lejanas se sienten como extrañas. Inalcanzables. Pero, de pronto, todo se volvió una pesadilla con un atacante invisible del que te tenés que cuidar, con la paranoia que te da cuidarte de algo que no ves, pero que sabés que está.
Desde el 13 de marzo (antes de que comenzará la obligatoria) estoy en cuarentena por ser grupo de riesgo. No salgo de casa. No salí nunca. Un día comencé a escribir a mano en un pequeño cuaderno amarillo pensamientos deshilvanados que me surgían. Hice dibujos, anoté recetas. No pretende ser nada más que un conjunto de sentimientos, vivencias, que siempre recordaré como: «la vida en los tiempos de pandemia».
Lo guardó aquí porque siempre quedará en este mundo virtual en el que vivimos. Y que casa día se impone más.
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