Yo sé de qué se trata que la vida dé un giro de 180 grados. Y nadie te avise de antemano, que todo se va a poner patas pa’arriba. Que cuando abrís los ojos sentís por una milésima de segundo que todo fue una pesadilla, que acabaste de soñarla y que por suerte te despertaste y que todo va a volver a estar como siempre.
Son tan efímeros estos pensamientos, estas sensaciones, que no se pueden expresar en toda su magnitud, no existe un tiempo para decirlos, no existen palabras que puedan transmitir esos sentimientos. No las hay. Se los juro. Sólo se siente en el alma que ya nada será igual.
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Pienso mirando un mapa que el mundo dejó de conectarse, pero que con las redes seguimos viendo y hablando con otros. ¿Pero, alcanza?