El otro día dije que mi vida se fue haciendo en base a decisiones equivocadas. Lo dije riendo, como se dicen las cosas que no se quieren decir. Ese tipo de broma que no lo es. Haciendo flash back de mi vida como si fuera un camino, encuentro muchas bifurcaciones donde debía elegir entre el camino A y el camino B. Y los dos tendrían consecuencias distintas, claro. Algo así como los libros que leíamos de la colección Elige tu propia aventura. Siento que al elegir el camino A o B, siempre (o casi) opté por el equivocado. A veces, imagino qué hubiera pasado de elegir la otra opción. Pero, es horrible ese verbo en condicional. Cada vez que lo usaba, una pareja que tuve me decía un refrán: “Y si mi tío tuviera tetas”. Y sí, mejor no pensarlo.
Foto: Marcelo Cugliari