La bella ciudad bonaerense invita al descanso, pero también a la aventura con actividades al aire libre, y a probar sus famosos quesos y salamines. Una propuesta ideal para los días de primavera.
Fotos: Marcelo Cugliari
La historia de la piedra movediza quedará para siempre unida a la de Tandil. Aun cuando ya hayan pasado 102 años desde que se cayera un 29 de febrero de 1912. Tan ligada desde cuando los mapuches llegaron al lugar y la vieron moviéndose inexplicablemente y nombraron así esa región. Tan (que se mueve)- lil (roca). Los motivos de por qué se cayó la atracción natural que le dio fama a esta parte serrana de la provincia de Buenos Aires se convirtió en leyenda urbana. Y los propios lugareños todavía siguen manteniendo las tres versiones de por qué ese día sus 400 toneladas de granito quedaron divididas en tres partes. Pudo haber sido un rayo, o producto de las vibraciones provocadas por las explosiones en las canteras cercanas de granito, o como un acto de protesta de los picapedreros, quienes por entonces trabajaban en muy malas condiciones, casi de esclavitud, incluso les pagaban con una moneda “pleca” con la que podían gastar dentro de la cantera. Habrá que elegir la que más guste, porque ninguna está comprobada.
Lo cierto que la piedra que había desafiado a la propia ley de gravedad dejó de moverse para siempre. Desde 2007, una réplica está en ese lugar y los turistas siguen sacándose la típica foto allí. En esta historia se podría usar el famoso dicho de “hazte la fama y caete”, porque Tandil sigue siendo un lugar muy buscado aquellos que ansían tranquilidad, paisaje serrano y buenas comidas. A falta de piedra movediza, buenas son las diversas actividades para hacer, y además, los sabrosos salames sello de esta ciudad que tiene como plato tradicional “la picada”. Para estar seguro que se compra un salame tandilense, aun en otros lugares, hay que buscar la Denominación de Origen Tandil (DOT), algo que se logró en 2011. Tal es la importancia de esto que hasta tienen un monumento dedicado a este tradicional y pequeño embutido. Está en el paseo ubicado en Avenida Espora y Franklin. Cuentan que los inmigrantes italianos que llegaron en la década del ’40 trajeron las recetas para hacerlos tan especiales.”Francia tiene el roquefort o el champagne, nosotros tenemos el salame”, se ufanan los tandilenses.
Guías en acción. “En nuestra ciudad los guías son profesionales bilingües o políglotas en algunos casos, que egresan de institutos o facultades de turismo”, explican con orgullo Johnny Ciao y Fernando “Tutto” Luján dos integrantes, de los veinte que forman la Asociación de Guías de Turismo de Tandil (AGT). Toda actividad turística que se realice aquí, excursiones o visitas guiadas deben contar obligatoriamente con guías inscriptos en un registro provincial. La AGT ya lleva diez años en acción y ambos destacan la importancia del trabajo de un guía para cautivar a los visitantes con el lugar.
Johnny Ciao tiene 53 años y empezó como guía de turismo en el 2000. “Me motiva estar en contacto con la naturaleza, rodeándome de buena energía. Lo primero fue conocer bien la ciudad, para luego mostrársela a la gente, tratar de mostrar la esencia de los lugares, y luego la geografía, la historia, contarle de su vegetación y tantas otras cosas”, resume su labor. Puede hacer salidas guiadas hasta 4 personas, como hacer un City Tour o una excursión a la reserva natural serrana Sierra del Tigre.
Fernando “Tutto” Luján tiene 42 años y además de ser guía tiene un emprendimiento de cuatriciclos donde practica el turismo aventura, “priorizando la seguridad”. “No son carreras sino actividades recreativas, no hacemos Dakar”, aclara Tutto, quien cuenta que primero comenzó con cabalgatas, y luego con una moto y un cuatriciclo.
Sus recomendaciones para quien viene por primera vez, es realizar un recorrido que incluye el área fundacional, visitar la Piedra Movediza, el cerro Centinela, el Parque El Calvario y el Parque Independencia. “Algunos turistas dicen yo vi la piedra movediza, pero la confunden con el cerro Centinela”, aclaran.
Tutto y Jhonny guían la visita al Parque Independencia, que está a unas diez cuadras del centro. Una imponente portada de estilo renacentista realizada en granito indica que se está entrando al parque. “Esta entrada fue donada por la colectividad italiana en 1923”, cuando lleguemos arriba vas a ver el Castillo Morisco, que fue donado por la española también en el centenario de la ciudad”, explica Jhonny. Entre la portada y el castillo hay una frondosa vegetación, pinos y jardines a la italiana. A la cima, a unos 280 metros de altura, se puede llegar en auto o caminando, hay senda peatonal y vehicular. Dentro del castillo funciona un restaurante. Unos chicos aprovechan las bajadas para practicar longboard, varias personas se sacan fotos con el fondo de la panorámica de ciudad que se extiende por debajo. El sol aporta el brillo ideal para las fotos. Y pega de lleno en la estatua ecuestre de Martín Rodríguez que está junto al castillo. “Fue traida en tres partes, patas, cuerpo y cabeza y la subieron con un tripodi”, señala Jhonny sobre el homenaje en bronce que le hicieron al fundador de la ciudad.
“Tandil dio mucha gente famosa”, explican los guías, mientras enumeran a sus tenistas Martín del Potro, Pico Mónaco y Guillermo Pérez Roldán, Víctor Laplace o Facundo Cabral. “Y tenemos al linyera más famoso de la Argentina, Bepo Ghezzi”, rematan.
Libertario, anarquista, poeta romántico y aventurero, con todos estos adjetivos definen a Bepo, tal como llamaban a José Amércio Ghezzi. “Lo veías como un cuatro de copa y era un as. Era muy culto, era millonario en eso”, acota Tutto.
Bepo nació en Tandil el mismo año que se cayó la Piedra Movediza, y en su juventud trabajó como picapedrero. Y cuentan que se enamoró de la hija del dueño de la cantera, el amor no correspondido, o no permitido, hizo que a los 18 años se fuera de su pueblo y comenzara a andar sin rumbo fijo durante 25 años, convirtiéndose en “croto”. Siempre por las vías del ferrocarril. “La denominación de «crotos» viene de un decreto impulsado por el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, José Camilo Crotto que permitía a esos trabajadores golondrinas y linyeras viajar gratis en los trenes”, aclara Jhonny. Estos trabajadores nómades, que viajaban gratis en los trenes, levantaban las cosechas de esa época de oro de la Argentina, cuando le decían “el granero del mundo”. La vida de este particular linyera inspiró el libro “ Bepo, Vida Secreta de un Linyera” de Hugo Nario y la película “Que vivan los crotos” de Ana Poliak. Hoy su nombre está plasmado en plazas y bibliotecas, de Tandil y de otros lugares del todo el país.
Dicen que ya de mayores, él y la chica de la cual se enamoró de adolescentes, ya viudos quedaron muy amigos. Bepo murió en 1999. Entre mates e historias de lugareños pasó el día. El sol de la tarde le da un tono especial al verde de las sierras bonaerenses. Es el momento de disfrutar esta parte del día aquí donde la llanura se dio el capricho de elevarse unos metros.
Para visitar
Cerro Centinela
Esta piedra está ubicada a 6 kilómetros del centro de la ciudad, su peso es de 72 toneladas, de casi 7 metros de alto está apoyada sobre una base muy pequeña para su tamaño. En el cerro hay espacios gastronómicos que ofrecen platos regionales y caminatas recreativas y educativas en un marco serrano de inigualable belleza. También se puede disfrutar de las aerosillas, que ofrecen una inmejorable vista panorámica.
El Monte Calvario
Este parque temático religioso es el tercero en importancia a nivel mundial, en su cima se alza el Cristo en la Cruz, con sus 22 metros de alto, la cual se ve desde varios puntos de la ciudad. Se inauguró el 10 de enero de 1943, con 14 grupos escultóricos que ilustran las estaciones del Vía Crucis en uno de los sectores del cerro. Para llegar al Cristo hay que subir la escalinata de 195 peldaños.
Dique y Lago del Fuerte
El dique fue construido en 1962 para evitar las inundaciones, hoy el lago se convirtió en un lugar ideal para la pesca del pejerrey, el canotaje, el windsurf y otros deportes acuáticos. las caminatas por su senda aeróbica que lo rodea completamente con sus estaciones para elongar, y hacer diferentes rutinas físicas. Pegado a este paseo, está el «Balneario del Sol», un complejo de piletas con capacidad para 7.000 bañistas, solariums y playas de estacionamiento, juegos infantiles, confitería, lugares para comer.
Reserva natural Sierra del Tigre
Una extensión de 150 hectáreas de flora y fauna natural como ciervos, jabalíes, liebres, guanacos, zorros, rodeadas de las sierras. La altura máxima está dada en el Cerro Venado de 389 metros. El trekking en este lugar es una interesante opción para los amantes de la naturaleza. También se pueden encontrar antiguas canteras, cavas y construcciones de piedra, senderos, casas y pircas pertenecientes a los antiguos picapedreros
DATOS ÚTILES
Cómo llegar
En auto: desde Capital Federal (350 kilómetros) Rutas Nacionales 2 o 3, y empalmar con las rutas 74 y 30. En ómnibus: el viaje dura cinco horas. Las empresas que llegan son Río Paraná (4315-0234); El Rápido (4893-3500), El Cóndor – La Estrella (4313-1700). En tren, desde Constitución Ferrobaires tiene frecuencia martes y miércoles/ viernes y sábados, el Pullman $120, Primera $100.Más info: http://www.ferrobaires.gba.gov.a
Dónde comer
Vieja cantera. Se encuentra ubicado al pie del “Monte Calvario”, en la esquina de Avenida Monseñor de Andrea y Payró, se puede comer parrilla, pero también pastas, y tomar el té con ricas tortas.(02293) 433322.
Época de quesos. El edificio donde funciona es el de La Posta del Centro y fue edificada en 1860, desde 1990 que se convirtió en este restaurante idealpara comer ricas picadas. Está ubicado en 14 de Julio 604 esq. San Martin. (0249) 444-8750 / 444-0267
Parrilla El viejo trébol. Riquísimas carnes vacunas, de cerdo o cordero, con el sabor y el toque del asado criollo en Mitre y 14 de Julio (02293) 44 2333.
El Molino. A siete cuadras del centro un restaurante que hace todo al disco, en Juncal 936 (0249) 442-7720.
Dónde dormir
Hosteria Piedras del Lago. Se encuentra ubicadal a 150 metros del Lago del Fuerte y a 50 de la ladera del Parque Independencia. Cuenta con dieciocho habitaciones y dos suites. Salón confitería con vista a la serranía tandilense. (0249) 443-2800
Hermitage. A tan sólo 5 cuadras del microcentro comercial y frente a la fuente de Las Nereidas,
justo al pie del Parque Independencia. Posee 55 habitaciones con baño privado y cuenta con piscina. Av. Avellaneda 301, Tandil, Bs As, Tel:0249-4423987 / 4423377
Más info: Asociación Guías Turismo Tandil www.guiasturismotandil.com.ar. Oficina de Turismo: Av. Cte. Espora 1120, (0249) 443-2073/225 . www.turismo.tandil.gov.ar